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27.Nov.2013 / 09:50 am / Haga un comentario

 

Por Walter Ortiz

 

Las más recientes medidas tomadas por el Gobierno Bolivariano, encabezado por el presidente Nicolás Maduro Moros, son parte de un proceso bien estudiado de acción política para revertir las pretensiones golpistas que desde las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril vienen desarrollando los sectores que históricamente se han manifestado en contra del socialismo y de la reivindicación de los derechos del pueblo venezolano, elemento por cierto advertido por el comandante Hugo Chávez, aquel 8 de diciembre.

En algún momento escribimos, con ocasión de la profundización de las relaciones con la República Popular China, jugada maestra subestimada por “opinadores de profesión”, que esto avizoraba medidas de impacto ante el desbordamiento de las tácticas opositoras tendentes a generar violencia política y social, antes, durante o después de las elecciones municipales del venidero 8 de diciembre, con el firme propósito de derrocar al presidente Maduro y destruir a la Revolución.

Y este momento, esperado y hasta reclamado por muchas venezolanas y muchos venezolanos, sucedió; con una avanzada firme y el trabajo conjunto entre pueblo y Fuerza Armada Nacional Bolivariana, de a poco se van adecentando los precios de los bienes y servicios de una República sometida al mismo recetario de inflación inyectada, acaparamiento, especulación y contrabando de alimento, que caracterizó a los últimos meses del gobierno del mártir chileno Salvador Allende.

El nombre de esta ofensiva fascista no es otro que “guerra económica”, sin tregua ni cuartel y dándole una patada a la mesa que había establecido Maduro para que los sectores económicos del país trabajaran en pro del desarrollo del nuevo modelo productivo.

Resultó previsible su arrogante actitud, la misma que siempre manifestaron con Chávez, lo cual demuestra el antagonismo irremediable que tienen los modelos en disputa: por un lado, el capitalismo rentista manejado a sus anchas por nichos parasitarios burgueses y, por el otro, el socialismo productivo, con una nueva forma de democracia participativa y protagónica.

Ahora el emplazamiento es a los sectores políticos que se oponen a la Revolución Bolivariana, beneficiarios del dinero de la usura de estos desangradores de los bolsillos del pueblo.

¿Están de acuerdo con las medidas del presidente Maduro para proteger el salario de los venezolanos? ¿Por qué el silencio cómplice ante estas medidas? Esperamos respuestas.

walter1982@gmail.com
 

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