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Hoy se están celebrando 13 años de aquel referéndum constituyente que le dio el visto bueno al nacimiento de una nueva Venezuela: La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Y es que durante toda su campaña electoral, un barinés (icono revolucionario desde 1992), había prometido como primera acción de gobierno, convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
Un vez que ese barinés, en efecto obtuvo la presidencia (con una mayoría histórica), inmediatamente activó los mecanismos para preguntar al Pueblo si estaba de acuerdo con iniciar una nueva etapa en el país, en la cual la Democracia verdadera se impusiera sobre un modelo viejo, viciado y excluyente, encarnado en la Constitución de 1961.
Pues en efecto, el Soberano cansado de 40 años de muerte, hambre y pobreza, le dijo sí al nuevo proyecto de país bolivariano. La esperanza de toda una nación se puso en el texto de la Constitución de 1999, y 13 años después tenemos a una Venezuela con los índices de pobreza y exclusión más bajos de toda nuestra historia.
Poco a poco el proyecto bolivariano fue tomando forma y madurez, y aunque se vivieron momentos oscuro, el barinés se sobrepuso, y de la mano con el Pueblo, fue estructurando una ideología de intensa carga moral, que terminó llamándose Socialismo del Siglo XXI.
Hoy en día el panorama está más claro que nunca. Un futuro esperanzador en el cual ese barinés continúe guiando el timón de Venezuela, y nos dirija a un puerto en el cual igualdad sea una realidad. Y el compromiso de nosotros, los soldados revolucionarios, es la defensa incondicional de ese futuro, porque lo mejor no es lo que se ha logrado, lo mejor es lo que se logrará.